6 de febrero de 2012

Zwanzig


Bebí demasiado, fumé...dejé la realidad por una nube en la que todo era idealmente ficticio.

Lo único que buscaba era volver a vivir esos momentos en los que nada nos paraba, en los que éramos invencibles y no existía barrera alguna para ninguno de los dos.

¿te acuerdas de aquellas tardes que gastábamos tumbados, en mi colchón, mientras escuchábamos la música tan alto que parecía que se caerían hasta los cimientos? ¿y qué me dices de las escapadas nocturnas en las que nos tumbábamos en la hierba a contar una a una las estrellas mientras jugabas con mi pelo?

Recuerdo el olor de tu jersey, la barba de varios días sin afeitar, tu manía de morderte el labio como aquel día lluvioso mientras decías: "hasta que no me llegue el agua por el cuello no voy a dejarte marchar".

Caricias, sonrisas, miradas que guardaban secretos, guiños de ojos y besos en la frente.Y, finalmente, el agua debió de llegar tan alto que lo ahogó.

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